Advertía a menudo a sus hermanas que se prepararan para cuando vinieran tiempos difíciles, que se armaran de una gran virtud y fortaleza, porque se encontrarían con muchos peligros.
Miguel estaba escondido con otros seglares y sacerdotes en la casa rectoral de Castelladral; eran conscientes de los peligros a los cuales estaban expuestos e hizo el comentario: "¡Quien sabe si a alguno de nosotros nos mataran...! pero si esto ocurriera –dijo– yo ya estoy preparado".
Los revolucionarios los sacaron de allí, y se fueron escondiendo en otros lugares, pero Tulleuda echaba de menos a su familia y aunque fue advertido por sus compañeros, no temiendo a la muerte, decidió volver a su casa porque quería saber como estaba su madre y hermanas. Entre tanto éstas van en su busca para rogarle que no se mueva, pero él ya estaba en camino a su casa; sin embargo, no le dio tiempo de llegar, lo detuvieron en la carretera y lo llevaron al Comité Sindical rojo de Puig-reig donde pasó horas terribles.
En esta angustiosa espera decía a su madre: «Vete, vete, que ya estoy bien...», y cuando lo arrancaron de los brazos de su hermana dijo: «Dile a mamá que no sufra..., ya le escribiré...»
Aquella noche, los verdugos, se cebaron en la agonía del mártir y lo asesinaron en Sallent (29-7-1936).

Fama
El recuerdo lejano de Miguel Tulleuda todavía está presente en la memoria de algunas personas. En lo que estaban de acuerdo todas las opiniones es que lo mataron porque era buen cristiano y comprometido. Era una persona de misa, no se escondía de su condición de creyente y practicante, era un católico declarado.
Tenía una fuerte vida espiritual, con una práctica de los sacramentos y una gran confianza en Dios y la oración. Con esta experiencia personal se preparaba para un posible martirio, que no buscó pero que aceptó en el momento en que llegó, y lo vivía con gran intensidad espiritual, la gracia del martirio a favor de todo el mundo obrero y muriendo por Cristo Obrero, Cristo Crucificado.
Su modelo era Jesús. Formaba parte de la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña, el grupo de la "Colònia Vidal" y al mismo tiempo fue organizador de la Unión de Trabajadores Cristianos en el Alto Llobregat. Se le recuerda por su energía apostólica, con el deseo que los jóvenes y los obreros viviesen cristianamente, con una vida virtuosa centrada en la vivencia del Evangelio y la amistad con Cristo. Su compromiso fue muy grande y recordado.